BARBASTRO-OPEN
He aquí un festival que considera que la fotografía es un arma cargada de futuro y que una verotipia puede ser una verotapia. Un lugar donde podrá encontrar desde fotos de Avedon a la imagen de una niña de cinco años, que es el mismo mundo visto con una parecida emoción. Queremos que haya creación plástica en las calles de Barbastro, algo que se perdió con Julieta Always, y poder sacar la fotografía a la calle para mostrar lo que nos parece importante, lo que nos conmueve o, simplemente, para ver la oscuridad que hay alrededor de una vela.
Después llegan las preguntas. Habrá exposiciones como Veintiocho que obligan a un ritual o talleres como Mundos posibles y El corazón de una imagen que constituyen la formación en un cartel cuya mayor pretensión es querer hacer fotos y aprender a mirar. Magníficas exposiciones, proyecciones nocturnas, charlas o un visionado público de porfolios en el que un jurado hablará de lo que enseñan y lo que esconden los proyectos fotográficos.
Posiblemente ayer se hicieron más fotos que en todo el siglo XIX, pero esa incontinencia fotográfica no sirve para mucho si no se comprende lo que se está haciendo. Es necesario buscar dentro de la imágenes para saber quienes somos y que está pasando. Siempre pasan cosas. Un festival, por ejemplo.