Nelson Morales / Las flores de agua salada

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Autores, Exposiciones 2019

Sala Liarte
31.05 – 30.06.2019

Nací y crecí en un pequeño pueblo en el istmo de Oaxaca, tuve una infancia alegre, me gustaba mucho ir a las fiestas tradicionales, bailar con mi primas, comer la comida típica, y disfrutar ver a las tehuanas vestidas con sus hermosos trajes de tehuana.

Fue a los siete años durante una calenda o comparsa tradicional, cuando vi por primera vez a un personaje que me dejó impactado. Usaba un traje de baño diminuto, lleno de plumas y lentejuelas. Pero lo que más me impactó fue que no se le veía algo abultado en su entrepierna. No tenía pene como los otros  hombres. No podía dejar de preguntarme dónde estaba su pene.

Era una muxe.

Neftalí fue mi primer amigo muxe, él me platicaba sobre las fiestas muxes que se hacían a puerta cerrada. Le gustaba mucho vestirse de mujer, en compañía de otras muxes, les excitaba usar ropa interior femenina e invitar a los chicos para hacer pasarela y tomar mucha cerveza. Yo nunca fui, pero me enseñaba fotos.

Una tarde me propuso vestirme de mujer, sólo para experimentar según él. Le dije que  estaba loco, que si mi mamá se enteraba se iba a enojar mucho y me prohibiría salir los siguientes seis meses.

Tenía ganas de probar, pero no lo hice. Un día incluso me maquilló. Sentí el deseo de ver mi cara así. No me gustó, pero enseguida me lo quité de la cara. También me probé unos tacones y me caí.

Pensaba que si me trasvestía, todos me rechazarían y se burlarían de mi. Pasaría vergüenza.

Mi amigo quería que me hiciera amigo de las muxes, salir y convivir con ellas. Yo las quería fuera de mi vida. Quería irme a estudiar fuera del pueblo y hacer mi vida de otra manera.

Con el tiempo empecé a tomar fotografías, sobre todo en blanco y negro sobre las fiestas y costumbres de mi cultura. En algún momento me pidieron el favor de tomarles unas fotografías a las muxes para un concurso de belleza. Dudé pero después decidí hacerlo a mi manera. Les pedí que se vistieran con trajes típicos, no con ropa moderna. Ellas querían salir con poca ropa y muchas plumas.

Se hizo una exposición en el Palacio Municipal de esas fotos durante la Vela Muxe. Fue raro, algunas personas encontraron bellas las imágenes, para otros eran ofensivas por usar de esa forma el traje regional que es sagrado para nuestra cultura regional.

Después otras muxes querían que les hiciera fotos. Fue la fotografía la que nos permitió hacernos amigos. Me contaban sus historias de vida, comencé a asistir a sus fiestas, fue algo en lo que me fui adentrando y quería saber más de ellas.

Conforme pasaba  el tiempo me daba cuenta, que en los pueblo vecinos había muchas muxes viviendo y expresándose como mujeres, apoyadas por sus familias y que se organizaban para hacer sus fiestas y luchar por sus derechos. También comencé a mirar documentales y series fotográficas protagonizadas por ellas. En ese momento hice conciencia que yo como fotógrafo tenía que expresar mi sensación desde mi perspectiva y vivencia personal.

Ellas más allá de definirse como homosexuales, se consideran un género distinto, basada en la búsqueda de la constante belleza. Durante este proceso de búsqueda comencé a entablar una relación especial con ellas y así durante varios años fui explorando su universo, he entrando en sus más desafiantes fantasías y con el paso del tiempo he ido apareciendo en las imágenes, poco a poco he accedido a su performance hasta adentrarme en un mundo excitante y complejo, que desafía, confronta y es, a veces difícil de comprender, que te puede seducir o lo puedes detestar por completo. He encontrado una parte de mi esencia en este camino, un lugar especial en ese fascinante y sensual mundo muxe.

31.05 – 30.06.2019

Sala LIARTE
Avda. del Cinca, 47, 22300 Barbastro
Lun-Dom: 19.00 – 21.00 h