Casa de la Cultura – Barbastro
20.08 – 12.09.2020
Casa de la Cultura – Barbastro
20.08 – 12.09.2020
Granada, la ciudad de la Alhambra, una de las más visitadas de Europa y, también, de las más azotadas por los efectos de la crisis económica que estalló en 2008. Una crisis que golpeo sobremanera a toda una generación de jóvenes que pasarán a la historia como “la generación perdida”, obligados buscarse la vida a espaldas del sistema.
El final de una época, la del esplendor económico de la burbuja inmobiliaria, que marcó el comienzo de otra, la del auge de Granada para volver a ser reino; el reino de la Marihuana. Un nuevo fenómeno que en realidad no es tan nuevo, de hecho, tiene los mismos componentes que ese que retrató Miguel Delibes en Los santos inocentes y, posteriormente, Mariano Camus en su versión cinematográfica; un sector oprimido, agua, tierra y luz. La luz al final del túnel. O el túnel al final de la luz.
Esta novela, es fuente principal de inspiración del proyecto en el que busco las similitudes entre pasado y presente, entre aquella época olvidada y la actual, entre el sistema impuesto por aquellos caciques que educaban a sus trabajadores en la aceptación de unas normas y este, que autoimpone a miles de jóvenes la aceptación de que no hay futuro para ellos.
El proyecto se desarrolla mediante una sucesión de imágenes actuales, y antiguos textos extraídos de la novela Los santos inocentes. La narrativa, cuenta el paso de la noche al día, en una de estas zonas rurales, cercanas a Granada. Comienza con una serie de paisajes nocturnos de antiguos olivares, caminos rurales y cortijos típicos, alumbrados por luz artificial, la cual nos marca el camino a seguir, y cumple su función como nexo de unión entre los diferentes escenarios planteados. La trama se desarrolla hasta que culmina en el día, la luz artificial es sustituida por la luz natural, y esta es la cual “alumbra” la realidad escondida tras la noche.
Guillermo Fernández Egea. Graduado en Bellas Artes por la Universidad de Granada y Master en fotografía por Elisava Barcelona, actualmente combina su pasión por la fotografía con la dirección de arte. Su interés por la fotografía despierta tras conocer la obra de artistas estadounidenses como Martha Cooper o Henry Chalfant. Años más tarde comienza sus estudios en la Universidad de Granada, donde desarrolla sus primeros proyectos artísticos. Su obra, con una fuerte carga social, gira entorno a la naturaleza de las personas y su contexto. Actualmente emplea la fotografía como vía principal para narrar historias.