Kosofoto 2018

Participar es muy fácil: vienes al paseo del Coso, traes una foto, la cuelgas y coges otra, la que más que más te guste

“Esos peregrinos disputaban en los corredores estrechos, proferían oscuras maldiciones, se estrangulaban en las escaleras divinas, arrojaban los libros engañosos al fondo del túnel, morían despeñados por los hombres de regiones remotas. Otros enloquecieron”

(Jorge Luis Borges, La biblioteca de Babel)

De unos años a esta parte mi pintura se dispone de una forma, diríamos, narrativa, usando los dípticos, los trípticos, etc.; una pieza complementa a la otra y así sucesivamente; bien. Pero al llegar a un punto-esos puntos que  hallamos sin retorno-últimamente, reflexiono la idea de que quizás no sea la segunda pieza un complemento de la primera y esta, a su vez, el principio; más bien apunto que el  conjunto, que fue anterior, como el que continuará, son elementos no determinados de algo más vasto. Las imágenes esconden argumentos indescifrables y juegan con nosotros a su capricho.

Yo me atrevo a insinuar que cada pieza es ilimitada y que ese orden establecido lleva implícito a la vez su implícito desorden. La lectura de imágenes como la interpretación de ellas es polisémica. El texto no de deja de ser un pretexto.

(Desde mi casa contemplo como cuerdas se amarran en los plátanos del paseo; como se tensan, se atan, se llenan de fotos sujetas con pinzas de tender. El viento, favorable, las velas hinchadas: babel, babel, babel.)