Arte efímero, arte transparente

Julio Ribera - Exposición 28 - Festival BFoto

Foto: Julio Ribera. Exposición 28

Aquellos a los que la crítica y los expertos consideran los mejores, tienen colgadas sus fotos  en museos y ofertándose su obra en prestigiosas galerías y ferias de arte internacionales. En consecuencia, son admirados por gran cantidad de gente.

Otros, a base de contactos y de reconocidos currículums, logran que sus proyectos  se muestren en salas de titularidad pública y que sean inaugurados por autoridades locales o provinciales. Al contar con el apoyo institucional, son vistos por varios centenares de personas.

Incluso hay quien logra exponer en bares de nutrida concurrencia, aunque con el problema de que por muy interesantes que sean sus trabajos o por mucha calidad que tengan, son ninguneados por el entorno artístico  oficial  y los clientes no dejan de considerarlos como parte de la decoración del local.

Por último, en la parte más recóndita y profunda de un hipotético escalón, se encuentra 28, una propuesta original, innovadora, sutil, poco menos que evanescente, en la que los fotógrafos participantes, casi siempre aficionados con pretensiones, exhiben una única obra, colocada en la pared del fondo de una pequeña sala en penumbra, iluminada solo con un foco de gran potencia situado a un metro de distancia,  durante únicamente tres horas de una tarde cualquiera de un día cualquiera del mes de junio.

Así pues, 28 no es solo una genuina muestra de arte efímero, sino también de arte transparente, pues es tan poco el tiempo que tiene cada fotografía expuesta para ser contemplada por los potenciales visitantes que a veces no la ve nadie. Ni siquiera el propio autor.